Comunidad que Celebra

Se han dado pasos en la vivencia de la parroquia como «comunidad de comunidades». Se reconoce que la organización y celebración de diferentes fechas puntuales potenció la unión y el enriquecimiento de y entre cada una, por ejemplo, Semana Santa y fiestas patronales.

Se busca que sean las mismas personas de la comunidad quienes celebren o preparen las reflexiones, generando mayor autonomía para sostener las celebraciones semanales, a pesar de no siempre contar con la presencia de los consagrados y consagradas. Hay comunidades que buscan más allá de los límites del propio centro comunitario, y se reúnen en torno a la Palabra en algunas casas de la comunidad.

Aún cuesta celebrar sin sacerdote, y en ocasiones terminan siendo las mismas personas sobre quienes recaen las celebraciones y animaciones, incluso desde lo musical. Es importante repartirse, distribuirse y cuidarlas para no «quemarlas». Se sugiere, en relación a esto, generar un ministerio de música parroquial que acompañe las distintas celebraciones, así como se reconoce la necesidad de formar celebradores laicos.